Ácidos grasos omega-3 y omega-7, dos nutrientes esenciales
En los últimos años los ácidos grasos han ganado una gran importancia en los planes nutricionales para ayudar a gozar de buena salud y vitalidad. En este artículo queremos centrarnos en especial en dos de ellos: los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y los monoinsaturados omega-7, muy valorados por sus múltiples beneficios para la salud
Cuando hablamos de ácidos grasos lo primero que tenemos que saber es que no todos son iguales, ni cumplen las mismas funciones. Existe un gran temor a las grasas, pero lo cierto es que es necesario saber distinguir entre las grasas saludables, que son imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo, y las grasas que no lo son tanto si se convierten en prioritarias en la alimentación. Son sustancias que se encuentran dentro del grupo de los macronutrientes, porque nuestro organismo las necesita en cantidades diarias de gramos, no de microgramos.
Tenemos variedad de ácidos grasos tanto en la dieta, como en las células, los tejidos y el torrente sanguíneo, que tienen actividad biológica e influyen en la salud. Es importante distinguir entre dos tipos de ácidos grasos: los saturados, presentes especialmente en productos de origen animal y algún aceite vegetal (lácteos, carne, aceite de palma, de cacahuete…) y cuya ingesta excesiva puede hacer que los sistemas de nuestro organismo no funcionen correctamente, especialmente el sistema cardiovascular, y los insaturados, que son en los que nos vamos a centrar, especialmente en el omega-3 y omega-7, que aportan importantes beneficios para la salud.
Ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados: dos opciones a tener muy en cuenta
Los ácidos grasos insaturados se dividen en monoinsaturados y poliinsaturados. Los monoinsaturados se encuentran en aceites vegetales, frutos secos o aguacate. Los principales son el ácido oleico (omega-9) y el ácido palmitoleico u omega-7, este último forma parte de las membranas de las células de las mucosas de todo el organismo, por lo que es importante tener unos niveles adecuados para apoyar a la buena salud de las mucosas.
Dentro de los ácidos grasos poliinsaturados se encuentran el omega-3 (EPA, DHA y ALA) y el omega- 6 (ácido linoleico, GLA, DGLA y AA). Conocidos como ácidos grasos esenciales, se caracterizan porque nuestro organismo no puede sintetizarlos, es necesario ingerirlos a través de la dieta o de complementos alimenticios, ya que en muchos casos y, dependiendo de cada persona, es complicado llegar a tener unos niveles adecuados.
El caso del omega-3 es muy especial. Por el tipo de alimentación actual lo habitual es consumir más alimentos ricos en omega-6 (presente en aceites vegetales, semillas y frutos secos) que en omega-3. Esta descompensación es una de las principales causas del deterioro de la salud. El omega-3 que nuestro cuerpo aprovecha directamente es el que procede de pescados azules (salmón, atún, caballa o anchoas) o mariscos (en especial el krill), que son el EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico). El omega-3 presente en fuentes de origen vegetal (semillas de lino, chía y calabaza, la soja o las nueces), ácido linolénico (ALA), necesita ser transformado en EPA y DHA, que son los omega-3 con propiedades beneficiosas para la salud.
Tampoco podemos perder de vista que muchos de los pescados que compramos proceden de piscifactorías y están alimentados con piensos vegetales, ricos en omega-6 y deficitarios en omega-3. A esto tenemos que añadir el exceso de metales pesados que tienen, especialmente, los pescados azules de gran tamaño como el atún. Todo esto dificulta tener unos niveles adecuados de omega-3, por lo que apoyarnos con un complemento de calidad es una magnífica opción.
Omega-3, todo ventajas para la salud
La evidencia científica ha puesto de manifiesto que la ingesta de ácidos grasos omega-3, especialmente EPA y DHA, puede ser muy beneficiosa para la salud cardiovascular y controlar la hiperlipidemia (niveles altos de colesterol y/o triglicéridos). También puede favorecer otras funciones metabólicas del organismo.
Como hemos indicado, por el tipo de alimentación actual, independientemente de la edad y el sexo, los niveles de omega-3 en la población suelen ser bajos. A la hora de apoyar la dieta con un suplemento se ha comprobado que una de las fuentes más biodisponibles de omega-3 es el aceite de krill, gracias a los fosfolípidos de los que hablaremos a continuación. El krill (Euphausia superba) es un pequeño crustáceo que vive en las profundas aguas del Océano Antártico y representa una de las biomasas más abundantes del planeta (aproximadamente 379.000.000 toneladas).
El aceite del krill antártico presenta una característica única: sus ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) van unidos a fosfolípidos, lo que hace que sea más biodisponible y que tenga una mejor absorción que otros omega-3 procedentes de otras fuentes de pescado en forma de triglicéridos. Los fosfolípidos son componentes estructurales de las membranas celulares, son esenciales en todos los procesos celulares vitales 1 .
Junto a su riqueza en EPA y DHA en forma de fosfolípidos, el krill también es fuente de otros nutrientes de gran importancia para la salud: la colina, un nutriente esencial hidrosoluble que facilita la absorción intestinal, permitiendo un paso rápido a los tejidos diana, y mejorando el transporte del DHA al tejido cerebral 2,3 y la astaxantina. Este último es un potente carotenoide que protege contra la oxidación a los ácidos grasos en las membranas celulares 4 y al que debe el color el krill.
Además, el aceite de krill no genera reflujo porque su omega-3 se mezcla con el contenido estomacal, evitando problemas digestivos, que sí pueden generar otras fuentes de omega-3.
Omega-7, un aliado para la piel, las mucosas y los ojos
El omega-7 o ácido palmitoleico es un ácido graso monoinsaturado, no esencial, que nuestro organismo genera a partir de la conversión de la glucosa en ácidos grasos. Está presente en las membranas de las células de las mucosas, junto a otros ácidos grasos insaturados, siendo vital para su estructura y funcionamiento. Por este motivo cuando presentamos alguna molestia como síndrome de ojos seco, sequedad en la piel o sequedad vaginal, el omega-7 es un gran aliado y es importante enriquecer la dieta con un suplemento de calidad:
- Síndrome de ojo seco (SOS). Es una de las consultas más habituales en oftalmología, y uno de los campos en los que se está estudiando la actividad del omega-7. Según la evidencia científica puede ayudar a mejorar la calidad de vida de estas personas, al ejercer una acción positiva frente a molestias comunes como picor y enrojecimiento 5 .
- Sequedad en la piel. El aporte de ácidos grasos es imprescindible para el mantenimiento de la estructura y la función de la piel y las mucosas. La exposición a factores tanto externos como internos pueden provocar un desequilibrio en la estructura lipídica: sequedad, arrugas, falta de elasticidad. Un aporte diario adecuado de omega-7 puede ayudar a mejorar el confort cutáneo.
- Sequedad vaginal. Es algo que afecta a muchas mujeres especialmente en la menopausia y post-menopausia. Diferentes estudios han puesto de manifiesto que el omega-7 puede favorecer una reducción de los síntomas asociados a la sequedad como picor, ardor o dolor 11 , lo que ayuda a mejorar sustancialmente la calidad de vida.
Una de las fuentes más saludable de omega-7, y a su vez menos conocida, es la que procede del concentrado de aceite de pescado de boquerones o anchoas. La patente Provinal®, presenta un extracto novedoso procedente del concentrado de aceite de anchoas de pesca sostenible que proporciona un 50% de omega-7 (ácido palmitoleico) y menos de un 1% de ácido palmítico, siendo una opción muy aconsejable cuando queramos mejorar nuestros niveles de omega-7, a través de un suplemento de calidad. El ácido palmitoleico, a diferencia del ácido palmítico, no es un ácido graso saturado, por lo que el omega-7 que procede del concentrado de aceite de anchoas o boquerones está libre de grasas saturadas, algo a tener muy en cuenta por los beneficios que tiene para la salud en general.
Cuando queremos enriquecer nuestra dieta con un complemento siempre tenemos que pensar en calidad, biodisponibilidad, absorción y medio ambiente. En el caso del omega-7 y el omega-3 es importante comprobar las fuentes y los sellos de calidad, al ser dos nutrientes esenciales cuya suplementación puede ser necesaria para ayudar al organismo a estar más saludable.
Firma: Celia Valenciano, Dpto. Comunicación 100% Natural