Sección: Alimentacion ecosana Publicación: Revista nº 138
Leche de cabra, una bebida en alza
La leche de cabra es rica en nutrientes, posee una mayor digestibilidad y proteínas de alto valor biológico. Los expertos aseguran que la leche de estos mamíferos se digiere mejor y causa menos alergias. De hecho, la demanda de leche de cabra ha experimentado un aumento en los últimos años en Europa
La leche es un fluido biológico, blanquecino y muy nutritivo segregado por las hembras de los mamíferos. Su aporte vitamínico es tal que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas, especialmente los niños y los adolescentes, consuman de dos a tres vasos de leche al día. Además, indican que también es bueno tomar entre dos y cuatro raciones de productos derivados.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción de leche a nivel mundial procede prácticamente en su totalidad de la vaca (81%), seguida de las búfalas (15%), las cabras (2%) y las ovejas (1%). Pero pese a que es la leche de vaca la más habitual en nuestra alimentación, la leche de cabra está ganando cada vez más adeptos, dados los estudios científicos que confirman sus beneficios.
“La tendencia del consumo de leche de cabra está en alza entre los consumidores y es mucho mejor valorada, debido a sus grandes propiedades nutritivas, puesto que es rica en minerales y vitaminas como la D, C, B6, B1, B2, B3 y A. Además, se trata de un alimento delicioso que ofrece beneficios a nuestra salud”, afirma Marta Gómez Jiménez, Responsable de I+D de Cantero de Letur.
Diferencias entre leche de cabra y leche de vaca
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha señalado que cualquier tipo de leche proporciona al cuerpo una buena dosis de grasas, minerales, nutrientes y proteínas. Pero si bien esto es cierto, ha matizado que la leche de cabra es más rica que la de vaca.
“La leche de cabra tiene más calcio, fósforo, potasio, zinc y magnesio que la leche de vaca. También mayor biodisponibilidad de hierro que la leche de vaca”, comenta Marta Gómez. Pero además, la experta asegura que la leche de estos mamíferos se digiere mejor y causa menos alergias. “La leche de cabra presenta menos capacidad alergénica que la leche de vaca. El contenido de alfa-s1-caseína es diez veces menor en la leche de cabra que en la de vaca y esta proteína es importante en la incidencia alérgica de la leche”, afirma. En esta línea, continúa: “Los glóbulos de grasa de la leche de cabra son de menor tamaño que los de la leche de vaca y por ello se digieren mejor”.
Por su lado, José Luis Miñón de Candela, CEO de Bebe Innova, que distribuye la marca Capricare, indica otra de las principales diferencias entre una y otra leche. “La leche entera de cabra tiene un 46% más de ácidos grasos de cadena media que la leche de vaca y estos ácidos grasos de cadena media tienen una absorción más eficiente que los de cadena larga”.
Pero eso no es todo, sino que en sus palabras, a diferencia de la leche de vaca, la leche de cabra, al igual que la leche humana, tiene un proceso de secreción denominado apocrina que libera más componentes celulares naturales presentes en la leche, como pueden ser los nucleótidos y los aminoácidos libres.
Una leche nutritiva para todas las edades
Para la OMS, siempre que sea posible se debe alimentar a los bebés de hasta seis meses exclusivamente con leche materna. No obstante, hay ocasiones en las por ciertas circunstancias esto no puede ser así. En ese caso, la leche de cabra se ha convertido en los últimos años en una muy buena alternativa.
Para Marta, tanto la leche de cabra, como los productos derivados de la misma, son muy recomendables no solo para bebés sino “también para jóvenes en crecimiento, puesto que la leche de cabra dispone de un porcentaje significativo de triglicéridos de cadena media. Éstos suponen energía altamente accesible para el organismo y, por tanto, tienen un considerable impacto energético”.
Respecto a los formatos de la leche de cabra, José Luis afirma “La leche de cabra se ha usado históricamente en la cultura mediterránea para amamantar debido a su mayor parecido con la leche materna. Sin embargo, una cosa es la leche fresca o pasteurizada y otra las fórmulas infantiles que sirven para alimentar a los bebés en el caso de que no puedan ser alimentados con leche materna. En este último caso, la leche de cabra no se usaba como base de las leches de fórmula infantiles hasta hace unos años. Desde 2016, gracias a los estudios científicos de Dairy Goat Co-Operative, fabricante de Capricare y líder mundial en la fabricación de fórmulas infantiles a base de leche de cabra, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) autorizó a que se usara la proteína de leche de cabra como base de una fórmula infantil, al demostrarse que aporta todos los nutrientes necesarios para el desarrollo adecuado de los bebés recién nacidos”.