Sección: Expertos Publicación: Revista nº 123
“La clave es estar atento a las necesidades del paciente, para elegir la terapia adecuada”, Daniel García, responsable del departamento de Osteopatía de la Clínica Medicina Integrativa
Para entender cómo trabajan en la Clínica Medicina Integrativa (CMI), debemos tener en cuenta que el cuerpo y la mente están conectados, siendo los dolores físicos una manifestación de las heridas emocionales. Por eso, es vital el abordaje integral de las afecciones y es en este punto donde la Medicina Integrativa muestra su valor
Daniel García Pérez-Juana es el responsable del departamento de Osteopatía de la Clínica Medicina Integrativa (CMI) ubicada en Madrid, además también ejerce como profesor de Tao Yin, Chi Kung, Tai Chi y Kung Fu. Cuando era más joven, su propia tensión le condujo a buscar alternativas que le ayudaran a superar las eventualidades del día a día: “De pequeño era muy nervioso y me encantaban las películas de artes marciales, y ahí empezó mi curiosidad por este tipo de terapias. Finalmente, me pude pagar las clases de Kung Fu y con los años pude irme a China y a Tailandia a entrenar este estilo de vida”, explica.
Además, el osteópata es también un fanático de la Medicina Tradicional China (MTC) y coautor de libros como “Tao para vivir”, publicado en 2019, o “Tao sexual. Amor sanador”, del año 2020, donde relaciona el placer, la salud, la transformación y las conexiones humanas con el TAO.
En “Tao para vivir”, se habla de esta doctrina como el camino para alcanzar el equilibrio físico, mental, emocional y espiritual. Además, se profundiza en la importancia de saber responder y reaccionar a las situaciones y problemas que la vida nos depara.
En cuanto al centro, algunos de los servicios que se ofrecen son la Acupuntura, el apoyo al paciente oncológico, la Homeopatía, la medicina estética, nutrición, terapias manuales, salud emocional o Medicina Integrativa general.
Aunque la Medicina Integrativa nació alrededor de la década de los años 90 en Estados Unidos, actualmente se ha extendido a nivel internacional. Este tratamiento pretende, en palabras de Daniel, “encontrar nexos y puntos en común para tratar a las personas de una forma más global y poder atender todas las necesidades que requiere un individuo, es decir, es cuestión de tratar una patología en exclusiva, ya que seguramente la persona necesite atención en otros campos”.
“Hay muchos pacientes con cáncer que necesitan combinar tratamientos científicos con estas terapias para mejorar su bienestar”, asegura Daniel. De hecho, desde el centro nos explican que el concepto Medicina Integrativa se originó como un movimiento internacional a raíz de la necesidad de estas personas de encontrar terapias más globales que no sólo sirvieran para curar la enfermedad, sino que influyeran también sobre el estado de salud general.
En este sentido, la clínica utiliza la Medicina Integrativa en el cáncer para aumentar la calidad de vida del paciente; mejorar la tolerancia a los tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia, reduciendo así los efectos secundarios; acompañarle en el proceso y toma de decisiones y asesorarle acerca de las estrategias nutricionales.
EL objetivo es conseguir el bienestar pleno
Gran parte de lo que hace Daniel en la consulta está relacionado con la Acupuntura y las técnicas de relajación y meditación: “Enseño a respirar correctamente para que las personas puedan cambiar su estado anímico y su fisiología interna”, asevera. Porque, según Daniel, aprender a respirar correctamente “te enseña a relajarte y a no ser víctima de las circunstancias, ya que esto puede cambiar tu estado anímico y la percepción con la que ves las cosas”, explica.
La Acupuntura, aunque originalmente era una práctica de la MTC, actualmente se utiliza en todo el mundo y, particularmente, para tratar y prevenir enfermedades crónicas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que en España, un 41% de personas con esclerosis múltiple (una enfermedad degenerativa y crónica del sistema nervioso, de origen autoinmune, que afecta al cerebro y a la médula espinal) recurre a estas técnicas para mejorar su calidad de vida.
Todos estamos expuestos a situaciones diarias que pueden provocarnos tensiones, estrés, ansiedad... y esto se traduce en cambios que afectan negativamente a nuestro cuerpo. Por este motivo, los métodos que utiliza Daniel van encaminados a que estas situaciones no nos desborden: “De esta manera, podrás empezar a tomar decisiones con sentido y tendrás la posibilidad de elegir lo mejor para ti”, añade. En este sentido, este tipo de terapias suponen “una alternativa para combatir la tensión física y nos dan capacidad de maniobra”.
Sin embargo, recuerda que ninguna terapia está creada en exclusiva para el paciente. “Hay que hacer un traje a medida, porque no hay una fórmula fija, sino que la clave es estar atento a las necesidades del paciente, para elegir la terapia adecuada”, apunta. Y este es uno de los valores diferenciales de los tratamientos integrales que ven al ser humano como un todo interconectado.
Para saber con qué herramientas de control y manejo de las situaciones cuenta la persona que va por primera vez a su consulta, Daniel hace una valoración global. Sobre todo, concreta, “para conocer el estado de su cuerpo, su estado anímico, descubrir qué tensiones acumulan (si fuera el caso) y analizar qué capacidad de gestionar su propio nerviosismo tienen y si necesitan adquirir esas herramientas”.
La finalidad primordial, por tanto, es conseguir que los pacientes sientan que su cuerpo y su mente están conectados. “Compruebo si respiran correctamente, si se paran a pensar y a sentir cómo están, si son conscientes de sus posturas físicas o si perciben que alguna situación les ha desbordado, no saben cómo superarla y les está afectando psicológicamente”, relata Daniel.
¿Cómo funcionan estas terapias?
Existen múltiples formas de trabajar con el cuerpo. En el caso de Daniel, además de ejercer como osteópata, también está formado en terapias como la Sintergética, la Kinesiología o el Quiromasaje.
En el contexto de la Osteopatía, trata las disfunciones de movilidad del cuerpo, por eso tiene formación en la anatomía y morfología corporal. En este caso, el osteópata tiene claro que su función es encontrar el origen del problema, y no centrarse solo en los síntomas del paciente.
A pesar de que nos cuenta que ya no practica regularmente la Sintergética, sí admite que utiliza el enfoque de la técnica para entender al paciente como un todo: “Lo que le ocurre a un individuo a nivel emocional puede afectar a su estado fisiológico”, sentencia. Y añade que esa tensión constante puede llegar a provocar hasta taquicardias, “por lo que es importante que aprenda a gestionar las situaciones de otra manera”.
Actualmente, las terapias manuales, junto con la Acupuntura, son los métodos más utilizados a la hora de tratar a los pacientes. La herramienta principal son las manos: “Se masajea y presiona sobre la zona afectada para conseguir soltar musculatura o liberar tejido conflictivo”, asegura Daniel. En definitiva, insiste, se trata de “desbloquear el cuerpo”.
A pesar de que el profesional recomienda estos tratamientos a cualquier persona, hace especial alusión a aquellas que sientan que les falta algo o que una parte de su vida está desbordada en algún aspecto.
Antes de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus, los pacientes que acudían a la clínica habitualmente buscaban tratamientos contra dolores físicos. Sin embargo, Daniel asegura que la pandemia ha provocado que ahora asistan debido a la ansiedad que padecen: “Los mecanismos tradicionales para desfogarse, como dar un paseo o estar físicamente con amigos, han estado ausentes mucho tiempo”, apunta. Por eso, se ha incrementado la demanda de las Terapias Naturales que se presentan, una vez más, como un complemento perfecto para conseguir ese estado de bienestar que nos merecemos todos.