Sección: Plantas que curan Publicación: Revista nº 128
Árnica, beneficios balsámicos y sus diversas aplicaciones
Reduce los dolores musculares, calma las inflamaciones y evita los moratones. Gracias a una de sus múltiples propiedades, también estimula la circulación sanguínea en la zona donde se aplica. Estos son algunos de los ejemplos de la utilidad de esta planta a favor de la salud
La Árnica o Árnica Montana es una planta con una gran y larga reputación. En la actualidad, es muy utilizada en la medicina rural gracias a que ha mantenido su fama como un eficaz antiinflamatorio natural en los remedios de herbolario.
Su gel puede aplicarse en la piel para tratar afecciones como la osteoartritis. Los químicos activos del Árnica pueden reducir la hinchazón, disminuir el dolor y actuar como antibióticos.
Su tallo velludo puede llegar a medir unos 50 cm. El pedúnculo velludo y glandular se desarrolla el segundo año y presenta un máximo de tres hojas lanceoladas en forma de cruz. Los capítulos florales nacen al extremo del tallo, y suelen medir entre 6 y 8 cm de diámetro. Además, el color de la flor va de amarillento a anaranjado y desprenden un delicado perfume muy característico.
Los beneficios balsámicos
Leen Decorte, experta del Departamento de I+D de KeyPharm de Brujas (Bélgica), describe algunos de los beneficios que tiene su uso regular en la salud: “El aceite de Árnica es perfecto para masajes, tanto preventivamente como después del deporte o actividades diarias intensivas. Un masaje con aceite de Árnica relaja y alivia los músculos y las articulaciones cuando han sufrido una intensa actividad. El aceite de Árnica también se aplica a las partes dañadas por golpes (en combinación con aceite de caléndula)”.
En definitiva, la flor de Árnica está indicada para el tratamiento de hematomas, esguinces e inflamación, por vía tópica, es decir, la que se aplica sobre la piel.
En función de la patología que sufra el paciente, la Árnica se puede emplear de manera tópica, que es la más común, o también en forma de infusión. Emplear el gel sobre los hematomas e inflamaciones es lo más idóneo, ya que tiene un efecto más inmediato en la curación.
Como decíamos, los productos a base de esta planta ayudan a aliviar dolores musculares, disminuir el dolor de lesiones sin herida o como antiinflamatorio tópico. Además, estimulan la circulación sanguínea en la zona donde se aplica, por lo que también ayuda a la reducción de moratones.
Según las indicaciones de los expertos, el gel de Árnica se puede utilizar libremente en adultos y ancianos, pero la cantidad máxima debe ser de 2 a 10 cm de sustancia sobre el área afectada, al menos dos veces al día, y cuatro como máximo. Sin embargo, los niños deben tener al menos seis años para poder emplearlo y tratar hematomas.
Su uso es cutáneo, es decir, no se puede emplear en la zona cercana a los ojos, nariz, boca u otras áreas sensibles. Tampoco se debe utilizar si la piel está abierta o irritada. Si se encuentra embarazada o en periodo de lactancia, antes de emplear el Árnica se recomienda que consulte a un especialista.
¿Existen contraindicaciones?
Por lo general, todos los productos, aunque sean naturales, tienen algún tipo de contraindicación, aunque no todas las personas sufren efectos secundarios. Leen DeCorte asegura que “los efectos secundarios de la Árnica son solo externos, es decir, que se pueden ver a simple vista”.
Y detalla: “Los más comunes son dermatitis de contacto, si la piel del paciente es sensible, picor, piel seca o erupción”. En caso de sufrir cualquiera de estos efectos o sentir cualquier otra molestia consulte a su médico y retire de forma inmediata su aplicación.
Ficha técnica de la Árnica
Familia: Asteraceae (Nombre: Arnica montana)
Componentes químicos. Los principales componentes de la flor de árnica son lactonas sesquiterpénicas (0,2-0,8%) del grupo pseudoguayánolido, principalmente ésteres de la helenalina y la 11α,13-dihidrohelenalina con ácidos grasos de cadena corta (ácido acético, isobutírico, 2-metil-butanoico, isovalérico, α-metacrílico y tíglico). El contenido de estas lactonas está influenciado por parámetros geográficos y ecológicos. También cabe mencionar la presencia de flavonoides (0,4-0,6%), entre ellos, isoquercitrina, astragalina y 7-O-glucosil-luteolina.
Otros componentes de la flor de árnica son: aceite esencial (0,2-0,3%), compuesto por un 40-50% de ácidos grasos, aproximadamente un 9% de n-alkanos y derivados del timol, además de otros monoterpenos y sesquiterpenos (entre ellos, α-felandreno, mirceno, humuleno, α-cadineno y óxido de cariofileno); ácido cinámico y sus derivados (ácido cafeico, clorogénico, cinarina); cumarinas (umbeliferona, escopoletina); poliacetilenos; xantofilas. Trazas de alcaloides pirrolizidínicos (tusilagina, isotusilagina).
Usos/Indicaciones. Según ESCOP, la flor de árnica está indicada, por vía tópica, para el tratamiento de contusiones, esguinces, picaduras de insectos. gingivitis, úlceras aftosas, tratamiento sintomático de dolencias reumáticas y dolor muscular. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba su uso tradicional (en aplicación tópica) para el alivio de contusiones, esguinces y dolores musculares localizados. Un estudio clínico ha demostrado la eficacia de una pomada a base de árnica (20%) en la curación de los hematomas de 7 mm2 producidos por el tratamiento con láser (595 nm), en la cara superior interna del brazo. La incidencia de efectos adversos en el grupo tratado con el gel de árnica fue de 4,8%, mientras que en el grupo tratado con el gel de ibuprofeno fue del 6,1%. También se ha puesto de manifiesto la eficacia del gel de árnica (20% de tintura de árnica) en pacientes con insuficiencia venosa crónica con edema periférico.
Fuente: https://www.fitoterapia.net/