Sección: Suplementos Publicación: Revista nº 81
Diez pautas para complementar tu dieta
En circunstancias normales, una dieta adecuada puede proporcionar todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano.
“Sin embargo, por nuestro estilo de vida, esta situación ideal no se da en la práctica siempre y además, existen grupos de personas que pueden necesitar un aporte extra de nutrientes pese a llevar una dieta sana y equilibrada”, asegura Belén Martín Santos, directora del Departamento Técnico de Suplementos Solgar. Para paliar este déficit de determinados nutrientes, existen en el mercado los complementos nutricionales y aunque afortunadamente se conocen cada vez más y el uso que se les puede dar, aún son muchas las personas que no saben qué son y para qué sirven. He aquí un breve decálogo de recomendaciones para consumir estos productos de forma segura y sin riesgos para la salud.
¿Qué son?
Los complementos alimenticios o nutricionales son, tal y como los define la propia legislación vigente, productos alimenticios cuyo fin es complementar la dieta normal de las personas. Hablamos de fuentes concentradas de nutrientes u otras sustancias que poseen un efecto nutricional o fisiológico y que se venden de forma dosificada, en pequeñas cantidades y diversos formatos como cápsulas, pastillas, grageas, píldoras, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas y polvos que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias. Los complementos pueden estar formados por vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos, fibras, probióticos, plantas y un amplísimo abanico de ingredientes cuya eficacia tiene base científica demostrada. Por otra parte, según apunta Sara Muñoz, gerente de El Granero Integral, pioneros en la formulación de complementos ecológicos, "en el mercado existen ya complementos ecológicos, con el mismo proceso de certificación que cualquier otro alimento ecológico y con el correspondiente sello certificador oficial, con el valor añadido de estar elaborados a base de plantas que han sido cultivadas sin pesticidas químicos ni abonos de síntesis".
¿Quién debe consurmirlos?
Una alimentación equilibrada que contemple una dieta variada de frutas, verduras, cereales, proteínas y grasas saludables, normalmente proporciona todos los nutrientes necesarios, pero la realidad nos dice que no siempre se cumple esta situación ideal. Además, hay ciertos grupos de población que pueden necesitar los suplementos, incluso aunque respeten una dieta sana y equilibrada como, por ejemplo, mujeres en edad fértil o personas que toman medicamentos específicos.
Ejemplos
Así, por poner tres ejemplos, según la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria, es recomendable que las mujeres embarazadas tomen ácido fólico antes de la concepción y que continúen durante las primeras semanas de embarazo. Un nivel adecuado de folato reduce el riesgo de tener un bebé con defectos como la espina bífida. Por su parte, es posible que personas con poco acceso a la luz solar puedan necesitar suplementos de Vitamina D o que las personas veganas tengan que complementar su dieta con una ingesta extra de Vitaminas B12 y D2.
¿Para qué sirven?
La principal función de los complementos alimenticios radica en ayudar a mantener un buen estado de salud, pero en ningún caso sirven para tratar enfermedades. En algún caso, siempre sujeto a aprobación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, podríamos estar hablando de productos que pueden favorecer una disminución de un factor de riesgo, pero en ningún caso un complemento alimenticio sirve para tratar o curar enfermedades o dolencias. Esta propiedad está reservada exclusivamente a los medicamentos.
Atención al etiquetado
Resulta siempre importante seguir escrupulosamente las recomendaciones y pautas que el fabricante transmite a través del etiquetado del producto, que como alimento que es, está sujeto al cumplimiento de toda la legislación alimentaria vigente. Así, el etiquetado y la publicidad de los complementos solo puede hacer referencia a los nutrientes que contiene y a las funciones normales del organismo. Existe una legislación de ámbito europeo que limita las propiedades que se le pueden adjudicar a un determinado alimento, sean naranjas, leche o complementos alimenticios.
La dosis exacta
Las dosis deben de ser las justas y necesarias, y es importante resaltar que, en dosis elevadas, algunas de estas sustancias pueden tener efectos adversos y llegar a ser perjudiciales para la salud de las personas que las consumen. Como todos los alimentos, los complementos tienen sus limitaciones de uso y cuando alguien los consume debe de respetar la dosificación que propone el fabricante en el etiquetado del producto. En ningún caso excederla.
Complementa, no sustituye
Ante todo debe quedar clara una idea: un complemento alimenticio no sustituye a una alimentación equilibrada y variada y a un estilo de vida saludable. Tiene unas funciones muy concretas pero como complemento a una alimentación adecuada, nunca como sustituto.
¿Son naturales?
El término natural atribuido a un alimento significa que ese alimento se ha mantenido tal cual estaba en la naturaleza. En el momento en el que se extrae una vitamina C de una naranja, ya no se podrá decir que la vitamina C es natural. Se podrá decir que proviene de una fuente natural, pero si se saca de la naturaleza y se manipula, deja de ser natural. Es lo que exige la legislación actual.
¿Debe prescribirlos el médico?
No necesariamente, aunque en caso de duda se debe pedir consejo a un profesional de la salud antes de elegir uno. Lo que en ningún caso debe hacerse es tomarlos sin ton ni son. Como todos los alimentos, los complementos alimenticios son fuentes concentradas de nutrientes y en muchos casos, en cantidades próximas a los límites de seguridad. Por eso, es necesario seguir estrictamente las pautas y recomendaciones del fabricante en el etiquetado. Siguiendo esas pautas, los productos son totalmente seguros. Excederse puede ser perjudicial, al igual que en otros alimentos. Y es que no es lo mismo comerse dos huevos que dos docenas. Todo en su medida.
Productos milagro
Los llamados productos milagro son productos que se están ofreciendo al público con unas virtudes que realmente no tienen. Pulseras que curan la artrosis, crecepelos o adelgazantes milagrosos, son claros ejemplos de ellos. En realidad se trata de productos cuyas publicidades no tan solo son ilegales, sino que pueden llegar a ser fraudulentas. Aunque ello no implica que los productos sean nocivos para la salud, debe evitarse su consumo.