Sección: Salud Publicación: Revista nº 143
Cómo cuidar tu hígado de manera natural
El hígado, el órgano más grande y complejo del cuerpo humano, desempeña funciones esenciales que son fundamentales para nuestra salud y bienestar.
Además de actuar como una "central química" que metaboliza nutrientes y elimina toxinas, almacena vitaminas clave como la A, D, E y K, indispensables para el funcionamiento adecuado del organismo.
Por el doctor Jorge Ángel, director médico de Laboratorios Equisalud
A lo largo de la vida, este órgano procesa miles de sustancias que provienen de la dieta, del ambiente y del propio metabolismo corporal; funciones que mantienen el equilibrio y el bienestar integral de nuestro cuerpo.
Un hígado saludable no solo influye en nuestro estado físico, sino que también impacta profundamente en el estado mental y emocional. Estudios científicos han demostrado que el estado de salud hepática está estrechamente relacionado con los niveles de energía, el estado de ánimo y la respuesta al estrés. Este órgano clave tiene un papel fundamental en el bienestar integral, y su correcto funcionamiento es esencial para garantizar una salud física y emocional equilibrada.
A pesar de la importancia del hígado, los estilos de vida actuales representan un desafío constante para su salud. Entre los principales factores que le afectan se encuentran la dieta; muy frecuentemente elevada en grasas trans y azúcares refinados; la exposición a toxinas ambientales; el consumo de alcohol y el estrés crónico. La alimentación con alto consumo de alimentos ultraprocesados, grasas trans y azúcares refinados, ha provocado un incremento alarmante de enfermedades hepáticas. Una de las más comunes es el hígado graso no alcohólico (HGNA), una condición que afecta cada vez a más personas, incluyendo a individuos jóvenes. La acumulación de grasa en el hígado, si no se controla, puede avanzar a etapas más graves como la fibrosis, cirrosis e incluso el cáncer hepático.Ultraprocesados y azúcares
El estrés inflama el hígado
El estrés crónico también tiene efectos negativos sobre la función hepática. El cortisol, la hormona del estrés, puede desencadenar procesos inflamatorios en el hígado, debilitando sus células y afectando su capacidad para realizar funciones esenciales. En este contexto, la gestión del estrés es fundamental para proteger la salud hepática a largo plazo.
Por otro lado, en el día a día estamos expuestos a una gran cantidad de toxinas provenientes de pesticidas, productos de limpieza, cosméticos y toxinas del agua cuando no está filtrada. Uno de los pesticidas más utilizados, el glifosato, se ha relacionado con el estrés oxidativo y el daño al tejido hepático.
El hígado, encargado de procesar y eliminar estas toxinas, debe realizar un esfuerzo constante para evitar que los químicos dañinos se acumulen en el cuerpo. Sin embargo, la exposición prolongada a estas sustancias, puede sobrecargar este órgano, debilitando su capacidad de detoxificación y favoreciendo el desarrollo de enfermedades hepáticas crónicas. Optar por productos naturales y ecológicos, además de evitar la exposición innecesaria a químicos, es una manera de reducir la carga tóxica sobre el hígado.
Afortunadamente, existen métodos naturales que apoyan los procesos de detoxificación hepática, ayudando al hígado a realizar su trabajo de manera más eficiente. Entre estos métodos se incluyen el uso de plantas medicinales con propiedades hepatoprotectoras, una dieta balanceada rica en alimentos naturales y prácticas de reducción del estrés. La medicina integrativa destaca el uso de ciertas plantas para mejorar la salud hepática. Entre las más estudiadas se encuentran el cardo mariano, el diente de león y la cúrcuma. Estudios han demostrado que el cardo mariano es eficaz en el tratamiento de enfermedades hepáticas como la hepatitis y el hígado graso no alcohólico. Además, la silimarina (principio activo del cardo mariano) ayuda a neutralizar los radicales libres, previniendo el daño oxidativo.
El diente de león, conocido por sus propiedades diuréticas, estimula la producción de bilis, lo que facilita la digestión de grasas y la eliminación de toxinas. Este beneficio hepático permite reducir la carga tóxica en el hígado y ayuda a que este órgano funcione de manera óptima. La cúrcuma, una planta ampliamente utilizada en la medicina tradicional, es reconocida por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Su ingrediente activo, la curcumina, ayuda a reducir la inflamación en el hígado y proteger las células hepáticas. Sin embargo, se recomienda consumirla con moderación y bajo supervisión médica, ya que en dosis altas puede tener efectos adversos en algunas personas .
Enfoque integral
Además de las plantas medicinales, la dieta es un factor crucial para la salud hepática. Una alimentación rica en frutas, verduras y alimentos naturales contribuye a disminuir la carga de toxinas y optimizar las funciones del hígado. Las verduras de hoja verde, como las espinacas, col rizada y rúcula, son alimentos ricos en clorofila, que ayuda a neutralizar las toxinas y protege el hígado. El ajo, con compuestos como la alicina y el selenio, activa las enzimas hepáticas responsables de la detoxificación, mientras que los cítricos como el limón, la lima y la naranja, ricos en vitamina C, facilitan la descomposición de sustancias tóxicas, apoyando de esta manera las funciones hepáticas.
Además de los alimentos y las plantas, algunos suplementos han demostrado ser efectivos para apoyar la función hepática. La N-Acetilcisteína (NAC), un precursor del glutatión, actúa como un potente antioxidante que protege al hígado de los daños provocados por medicamentos y otras toxinas. La vitamina E, conocida por su efectoantioxidante, ayuda a reducir la inflamación hepática, especialmente en personas con hígado graso no alcohólico. La fosfatidilcolina, un fosfolípido esencial para la regeneración celular, contribuye a mejorar la integridad de las membranas hepáticas, promoviendo la recuperación en casos de daño hepático crónico.
Mantener un hígado sano requiere de un enfoque integral que incluya consultas profesionales, elección de suplementos de calidad, y hábitos de vida saludable. Es fundamental consultar a un médico o especialista en medicina integrativa antes de incorporar suplementos o tratamientos herbales, ya que cada organismo es único y puede reaccionar de distintas maneras. Asimismo, la calidad de los suplementos es importante. Escoger productos de marcas reconocidas y con certificaciones de calidad ayuda a minimizar riesgos y garantizar los beneficios esperados.
Por encima de todo, una dieta equilibrada es fundamental para la salud hepática. Una alimentación rica en frutas, fibra, verduras y alimentos integrales proporciona al hígado los nutrientes que necesita para realizar sus funciones de manera óptima.
Además, mantener una hidratación adecuada y evitar el consumo de alcohol y alimentos procesados reduce la carga sobre el hígado, contribuyendo a su protección y bienestar a largo plazo.
Ayuno y meditación
El ayuno intermitente se ha mostrado beneficioso para la salud hepática. Durante el ayuno, el cuerpo utiliza sus reservas de glucosa y empieza a quemar grasas, lo que reduce la acumulación de grasa hepática y mejora la función metabólica. Este proceso,conocido como lipólisis, contribuye a la pérdida de peso, disminuye los niveles detriglicéridos y favorece la reducción de la grasa en el hígado. Estudios recientes sugieren que el ayuno intermitente mejora la sensibilidad a la insulina y disminuye la inflamación hepática, protegiendo al hígado del daño oxidativo. Este ayuno no requiere ser necesariamente de 16 horas, con 14 horas de ayuno ya se obtienen sus beneficios. Procure que antes de acostarse hayan pasado 3 horas sin comer y trate de dormir como mínimo 8 horas, si es posible.
Además, la práctica de técnicas de relajación como el yoga, la meditación y ejercicios de respiración, también ayuda a controlar el estrés, evitando que el cortisol impacte negativamente en el hígado.
En conclusión, el hígado es un órgano central para el bienestar general, y la medicina integrativa ofrece diversas estrategias para protegerlo. Adoptar una dieta baja en ultraprocesados , gestionar el estrés y elegir suplementos de calidad son acciones clave. Un hígado sano optimiza la energía y la estabilidad emocional, y mejora la respuesta al estrés, reflejando su impacto en todos los aspectos de la vida.