Cómo preparar un táper saludable para la oficina
Elegir la fiambrera idónea, racionar correctamente las cantidades y definir un menú equilibrado es clave para tener éxito
Para controlar la economía doméstica, para cuidar de nuestra salud, para garantizar la calidad de los ingredientes o para controlar las raciones en una dieta sana, equilibrada y sostenible. Hay muchos motivos por los cuales el táper es hoy el rey de la oficina, y más ahora con la vuelta a la rutina. Y, en Biocop, como empresa pionera en la comercialización de productos ecológicos en España, señala los tres errores que solemos cometer en el momento de prepararnos el táper.
No elegir el táper adecuado
Puede parecer que cualquier recipiente es válido pero, igual que la Eurohoja certifica un alimento ecológico, hay una serie de símbolos que debes conocer para elegir un buen táper. Y el primero de ellos, es el que garantiza que se trata de una fiambrera apta para conservar alimentos, y consiste en un vaso y un tenedor.
Del mismo modo, es conveniente saber si es un táper apto para lavavajillas o microondas, los cuales están marcados con un logo formado por un plato y unas gotas de agua o unas ondas, o para congelar, que se diferencian por tener un copo de nieve. De esta manera, aseguras que el material en caliente no desprenda ningún tipo de sustancia en la comida que pueda resultar perjudicial.
Siempre que sea posible, se aconseja transportar la comida en cristal o acero inoxidable. Las ensaladas, por ejemplo, se conservan perfectamente en un tarro de vidrio, priorizando los alimentos más húmedos en la base. La vinagreta o aliño puede llevarse a parte.
No incluir suficiente proteína
¿Te quedas con hambre después de comer? Como en el método plato, un táper tiene que ofrecer los grandes grupos de alimentos en la cantidad justa: la mitad, verduras y hortalizas; un cuarto, proteínas; y el cuarto restante, opcionalmente, con una pequeña cantidad de cereales.
Una manera de asegurarse llevar la suficiente proporción de verduras y hortalizas puede ser llevar un primero a base de estos ingredientes, siempre con un segundo que incluya la proteína –animal o vegetal- ya lista, también con un pequeño acompañamiento de verdura.
Un menú equilibrado podría consistir en una crema de verduras y una pieza de carne o proteína vegetal acompañada de ensalada o conservas de calidad. Por ejemplo, en Bio Orgánica Italia recolectan y envasan los vegetales en menos de 8 horas para garantizar todo su sabor y propiedades. También puede incluirse una pequeña ración de cereales como quinoa o trigo sarraceno ecológicos, o un buen pan de Biocop, un complemento energético que puede ayudar a saciar la ansiedad durante la tarde. De postre, se recomienda priorizar frutas o yogures. Ocasionalmente, dulces sin excesos, como un trozo de chocolate bio Rapunzel del 85%.
No planificarse durante la semana
Planificarse los menús de la semana con antelación es la mejor manera de tener todos los ingredientes para prepararse el táper. Una alianza ganadora que no deja caer en la tentación del improviso. Una sola sesión de batchcooking puede ayudarnos a dejar listas distintas bases de verduras para la semana, a las que solamente sea necesario incluir la parte de proteína.
Disponer de una buena despensa, con piadinas elaboradas con buenos ingredientes y conservas ecológicas de calidad, también facilitará completar un buen menú de en pocos minutos